DÍA 14, cumpleaños (viernes 27)

GUAU ayer cada vez que abría un mensaje o un grupo me saltaban las lágrimas, estuve hasta las tres de la mañana despierta respondiendo vuestros mensajes. No sabéis lo bonito que me lo hicisteis pasar. Primero que nada agradeceros a todos, el haberos tomado un ratito de vuestro día para leer la entrada. Además del feedback tan positivo que recibí tanto por Instagram, como por Twitter, como los que me llamasteis. De verdad me hicisteis sentir realmente especial. Hacía tiempo que no me emocionaba por nada, me habían robado los sueños incluidas las ganas, y vosotros ayer, conseguisteis que llorase. Eeeh! pero de completa felicidad. Y esto ocurre cuando haces las cosas con ilusión. Probadlo y veréis. Lo digo de bromaaaa. Se que mucho practicáis esto diariamente.

¡Pues bien ha llegado el día! en mi casa no se les podía olvidar que hoy era mi cumpleaños, porque llevo desde hace cinco días recordándolo. Sí cinco días (como una niña pequeña) diciéndoles ¡solo quedan tres días! o ¡en dos días fiestón!. ¿Dónde lo celebramos? ¿en la cocina? o ¿en el comedor?
Ayyy inocente de mi, que cuando empezó la cuarentena tenía claro que iba a celebrarlo en el terrao, que llamaría a mis amigas y “ aquí no ha paso ná ” JAAAAA en casita nena. Ya habrá tiempo de celebraciones. En casa no se está tan mal. Yo ya me he acostumbrado. Voy a ver que me depara el día.

Me gustaría compartir con vosotros la conversación que he tenido con mi abuela por teléfono. Nada más descolgar, le digo muy contenta: ¡abuelaaa que alegría hablar contigo en mi cumpleaños! y me dice _ ¿qué día más triste no? como yo el día de mi cumpleaños, que estaré solita con la chica. [sigue hablando] Acuérdate que a las 18:00 hay una bendición global del Papa, que lo transmiten por el canal 13 [creo que ya puedo hablar, uf aún no, se me adelanta] Es muy importante que lo veáis me dice, el Papa nos va a bendecir. [sigo escuchándola] Y ¿cuántos...años cumples...treinta y...? [creo que es mi momento, sí ahora] le respondo si abuela 33. Y me dice, no te he llamado antes porque con todo esto, estoy alborotada. Y le he preguntado abuela, y triste ¿por qué? me cuesta convencerla o cambiar su idea de ver esta situación. Seguimos conversando. Yo no se que va a pasar Beatriz (ella siempre me llama así). Estoy muy asustada y triste, hay veces que tengo ganas de llorar. [se me parte el alma] A ver si el año que viene, tienes suerte y puedes celebrarlo con tus amigos.

Solo la escucho, porque no me deja mucho intervenir en la conversación, creo que os habéis dado cuenta. Pobreta. Bueno, pues acuérdate que esta tarde tienes al Papa Francisco a las seis. Que falta nos hace. Vale abuela lo veremos. Le corto educada y delicadamente y le digo que sí, que lo veré, pero que no esté triste. Que esté feliz por estar las dos hablando por teléfono, por tener una casa donde vivir, comida para comer, por tener una familia que le quiere y sobretodo, que le escucha y le da buenos consejos. ¿Cuelgas contenta?, le digo. Y vuelve a decirme tengo pánico, pero no de morirme, sino de que me lleven a un sitio de esos y que se olviden de mi.

Os prometo que no podía dejar que colgase el teléfono así, entonces le he dicho, ¿sabes que abuela? ¡he hecho una tarta tatín de manzana esta mañana nada más levantarme! A lo que ella me responde ¡aah para poner las velitas! Ya le noto más distraída y con un tono de voz más feliz, preparada, para cuando llegue la hora, darle al botón de colgar el teléfono. Respiro profundamente. No me quedo tranquila, le voy a volver a llamar esta tarde. También le he dicho que cuando todo esto pase, haré otro Tatín de Manzana y lo comeremos todos juntos, un domingo en casa, una tarde de sábado y jugaremos al Parchís, que aunque siempre me ganes, no me importa. Me despido de ella y me manda besos, pero besos con sonido, que mole abuela. Espero que ahora estés bien.
Hoy este ha sido mi Feliz Cumpleaños. Deseo que paséis una noche estupenda.

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